lunes, 14 de noviembre de 2016

La Revolución Mexicana




Uno de los movimientos políticos, económicos y sociales ocurridos en América entre 1910 y 1920 es, sin lugar a dudas, la revolución mexicana. El ideal para los jóvenes era desplazar la dictadura porfiriana de 30 años. Los obreros soñaban con una legislación que les ofreciera un mínimo de protección contra el abuso de los poderosos. Los campesinos querían tierras. Si hubiera tenido una ideología bien definida pudo ser de igual trascendencia que la Revolución Francesa o Rusa y servir de pauta para la liberación de muchos pueblos que en el resto del vasto continente se encontraban en similar estado.




1. Causas

Varias son las causas que desencadenaron el estallido de la Revolución Mexicana. Se agrupan estas en económicas, sociales y políticas.

1.1 Causas Económicas

A. La Cuestión Agraria

Durante el gobierno de Porfirio Díaz, el 40 por ciento del territorio azteca era propiedad tan sólo de 840 hacendados. El latifundio era tan desmedido que, a veces, una sola persona era dueña de una extensión de terreno mayor que la superficie de varios países europeos. Así, el general Terrazas, poseía en el Norte de México un predio de 24 millones de hectáreas, o sea, equivalente al área de Holanda, Bélgica, Dinamarca, Hungría y Suiza juntas. Otro gran propietario era la iglesia católica mexicana, integrada en su mayoría, por un clero conservador y adicto al orden represivo imperante, lo que explica, en parte, porqué la revolución fue anticlerical. Las consecuencias de este enorme latifundismo, sin precedentes en la historia mundial, fueron graves para los mexicanos. Provocó la decadencia de la agricultura, porque el gran propietario se encontraba desvinculado de la tierra. Lo dejaban en manos de brutales e ineptos administradores, que mandaban a latigazos al campesino y abusaban de las mujeres e hijas de los peones.

B. Régimen Económico injusto

Bajo el lema de “baja política y mucha administración”, la dictadura porfirista pensaba que lo único que importaba era el progreso material, en base al capital extranjero, ignorando la existencia de la masa trabajadora. Con tal propósito abrió las puertas a las empresas norteamericanas e inglesas, que se apropiaron prácticamente de la riqueza nacional. Los capitales extranjeros llegaron a ser dueños o administradores de los ferrocarriles; controlaban las ricas minas de plata de San Luis de Potosí, los productos del suelo y del mar y la riqueza forestal y frutícula. Los franceses manejaban la lencería y botinería; los españoles, el comercio; y los alemanes, los cultivos especializados.

1.2 Causas sociales

A. Ausencia de Legislación Laboral

No existía una legislación que protegiera a los obreros y campesinos. Las huelgas estaban prohibidas y se sancionaban severamente a quienes osaban pedir mejores salarios o la reducción de la jornada inhumana de trabajo que, en muchos casos, alcanzaba a las 12 horas. Los mas altos cargos estaban desempeñados por norteamericanos, debiendo los mexicanos contentarse con los empleos más modestos.

B. La Pobreza Campesina.

Los trabajadores ganaban miserables salarios de 25 centavos diarios, iguales que a fines de la colonia, no obstante que los precios de los artículos que consumían se habían elevado al triple. Al mismo tiempo sufrían la expoliación en las “tiendas de raya”, en las que el propietario de la hacienda vendía el jabón, el maíz, el aguardiente embrutecedor y toda otra mercadería que necesitase, a precios muchos mas altos que los del mercado. Como el jornal era exiguo, el campesino se iba endeudando y así se arraigaba a la tierra como los siervos de la Edad Media. De otro lado, los trabajadores vivían en casuchas de adobe o ramas de un solo cuarto, sin ventana y con piso de tierra.

C. La división social

La pirámide social mexicana estaba conformada por diversas clases sociales, entre las cuales había una marcada diferencia. En los rangos más altos estaban los grandes latifundistas, los caudillos políticos, los miembros del alto clero y los empresarios extranjeros y nacionales. Seguían los pequeños burgueses y en la base, se encontraban los campesinos y obreros, que vendían en condiciones infrahumanas.

1.3 Causas Políticas

A. La dictadura de Porfirio Díaz

Porfirio diazPorfirio Díaz
Porfirio Diaz
Porfirio Díaz llego al poder por primera vez en 1876, alcanzando la bandera de la no reelección. En el transcurso de los años hizo caso omiso de esta promesa electoral y busco una y otra vez su reelección presidencial. Con astucia, sagacidad y menosprecio de las aspiraciones ciudadanas logro gobernar durante 7 periodos, un caso realmente insólito e intolerable. La base de estas sucesivas reelecciones no fue el derecho, sino la fuerza; no fue la prosperidad de los 15 millones de habitantes, sino de un pequeño grupo de privilegiados, en nombre del significativo y engañoso lema: “Paz, orden y progreso”. En mas de 30 años de tiranía y centralismo porfirista los poderes legislativo y judicial estuvieron subordinados al ejecutivo. La división de los poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los ayuntamientos y los derechos de ciudadano solo existían escritos en la carta magna. Imperaba la ley marcial. La justicia, lejos de proteger al débil, servia para legalizar los despojos del mas fuerte. Los jueces, en vez de encarnar la justicia se convertían en agentes del Ejecutivo. Las cámaras legislativas no tenían otra voluntad que la del dictador. Los gobernantes de los estados, nombrados por él, designaban e imponían a las autoridades municipales.

B. Oposición al Dictador


La oposición a la prolongada dictadura estuvo representada por diversos sectores descontentos, los que anhelaban inquietudes de renovación social, como el incipiente movimiento anarquista “Regeneración” que atacaba al régimen; los círculos liberales que realizaron un congreso y evolucionaron al comunismo anárquico y llevaron a cabo varias tentativas insurreccionales que luego fracasaron; y el Partido Liberal Mexicano, cuyo programa clandestino, lanzado en 1906, incitaba al pueblo a revelarse contra la dictadura, abogaba por la libertad de sufragio y la no reelección continuada.



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